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martes, 19 de abril de 2011

PRÁCTICA. MOVIMIENTOS NATURALES. NÚMERO MEDIO DE HIJOS POR MUJER 1900-2031


El gráfico de barras muestra la evolución del número medio de hijos por mujer o índice sintético de fecundidad en España, entre 1900 y 2007. Este índice refleja el número medio de hijos que tendría cada mujer a lo largo de los 35 años de su vida fértil, de mantenerse estable durante ese tiempo el calendario de la fecundidad. En general, se aprecia un fuerte descenso entre las elevadas cifras de principios del siglo XX (4,71 hijos por mujer) y las bajas cifras actuales (1,38 en 2007), por debajo del umbral de 2,1, el mínimo que garantiza el reemplazo generacional.
a) A principios del siglo XX, la elevada fecundidad, propia del régimen demográfico antiguo, se debía a dos motivos principales:
– El predominio de una economía y una sociedad rurales, en las que los hijos empezaban a trabajar pronto ayudando en las labores del campo; eran muy baratos de mantener; y aseguraban el porvenir de los padres, dado que no había seguros de accidentes, enfermedad, o jubilación.
– La inexistencia de sistemas eficaces de controlar los nacimientos. La única posibilidad era retrasar la edad del matrimonio en las coyunturas económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento del período fértil de la mujer y el descenso del número de hijos.
b) Entre 1900 y 1975 el número de hijos por mujer descendió de forma suave y discontinuaAsí, durante la Guerra Civil, tuvo lugar un descenso más agudo debido a la subnatalidad ocasionada por el conflicto. Estas bajas cifras se mantuvieron durante los primeros años de la posguerra, a causa de las dificultades económicas. Sin embargo, la salida de la política autárquica al final de la posguerra y el desarrollismo económico, provocaron una recuperación de la fecundidad entre 1955 y 1965, conocida como el baby boom posbélico retrasado. No obstante, en los últimos años del desarrollismo, el descenso de la fecundidad se reanudó, ante la consolidación de un nuevo modo de vida urbano e industrial, con graves problemas de vivienda, que redujo el valor económico de los hijos.
c) Desde 1975 hasta 1998, el índice sintético de fecundidad experimentó un brusco descensocolocándose desde 1981 por debajo del nivel de reemplazo. Las causas de este hundimiento de la fecundidad han sido los cambios económicos y socio-culturales sucedidos en estos años.
- La situación económica ha retrasado la edad del matrimonio, con el consiguiente acortamiento del período fértil de la mujer. Primero, como resultado de la crisis de 1975, y desde 1980 por la precariedad laboral y el alto precio de compra y alquiler de vivienda, que dificulta la emancipación de los jóvenes, y prolonga su formación y permanencia con los padres.
- La sociedad española ha experimentado cambios de mentalidad y de valores desde la transición a la democracia (1975) que han colaborado al descenso de la fecundidad. Ha disminuido la influencia religiosa; se han despenalizado y difundido los anticonceptivos; y se ha legalizado el aborto en ciertos supuestos. Las mujeres se han incorporado de forma creciente al trabajo fuera del hogar y retrasan la maternidad hasta consolidar su situación laboral, de modo que la mayoría de los nacimientos se producen en el grupo de los 30-34 años; y muchas tienen dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, ante la escasez de guarderías a precios asequibles y el mantenimiento de comportamientos sexistas en el reparto de tareas domésticas y en el cuidado de los hijos. Estos ya no se consideran como seguro de vejez de los padres, ante el progreso de la protección social, sino que se aprecia su formación y bienestar, por lo que se prefiere tener menos y atenderlos mejor. Además, los gastos que ocasionan y la dedicación que requieren compiten con el deseo de los padres de disponer de más ingresos para el consumo y de más tiempo libre para el ocio. Por otra parte, han ganado importancia las relaciones de pareja sobre las reproductoras y de cuidado de los hijos; y han surgido formas familiares distintas del matrimonio y menos prolíficas (cohabitación, hogares monoparentales de divorciados, maternidad en solitario).
e) Desde 1998 el índice sintético de fecundidad pasa por una ligera recuperación debida a la inmigración. La fecundidad de las mujeres extranjeras es más elevada que la de las españolas, aunque tiende a acercarse cada vez más, como lo demuestra el hecho de que el número de hijos por mujer de las extranjeras ha pasado de 2,3 en 1996 a 1,80 en 2006. Las familias numerosas son generalmente incompatibles con el objetivo de la migración mejorar
la situación económica–, con las dificultades para conseguir trabajo, y con el tipo de condiciones laborales habituales.
d) El futuro del índice de fecundidad dependerá de la adopción por las extranjeras de las pautas de fecundidad nacionales y de la evolución de la fecundidad de las mujeres españolas. 
Esta se verá condicionada por una doble situación. Por una parte, los jóvenes accederán más fácilmente al mercado laboral –dada su reducción numérica–, lo que podría adelantar su emancipación y la edad del matrimonio. Por otra parte, esta situación solo influirá favorablemente en la fecundidad si se une a la existencia de políticas efectivas de conciliación de la vida laboral y familiar. Es decir, además de ayudas directas a la natalidad, medidas estables y eficaces de apoyo a las familias (facilidades para acceder a la vivienda, empleo estable para los jóvenes y guarderías a precios asequibles), y una verdadera igualdad en el desempeño de las tareas domésticas y familiares. Sobre estas bases, el INE prevé un incremento de la fecundidad hasta 2030, para estabilizarse desde entonces en torno a los 1,53 hijos por mujer.

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